ahí va la nueva carta,
pensando siempre en la grata melodía,
ahí va la bella luna,
sin pensar
que existen ironías,
¿ya vez mi bella luna?
que las estrellas siguen vivas,
a menos de que el tiempo,
ya les dé su muerte repentina,
ya vez oh bella noche,
de que existen ironías,
aquellas que del tiempo
no se olvidan,
ya ves
de que existen ironías,
y también oyes
lo que escucha en la vida,
te sigo amando,
verdadera luz de luna,
pues eres mi lucero,
corriendo con un heno,
y te sigo amando
porque formas parte
de ésta vida compartida,
y te sigo amando
como verdadera luz del día.
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